La casa se me estaba llenando de abalorios, lazos, fieltros, puntillas, pinceles, acuarelas, papeles de colores... y decidí inventar un lugar donde guardarlos
Encontré esta caja de muchos cajones, la pinté y establecí un cajón específico para que cada cosa tuviera su sitio:
Para los cachivaches:
Para los chirimbolos (que son imprescindibles)
Para los chafarises (los favoritos de mi padre)
Las trangalladas (que también le gustan un montón)
Y los chilipendres, o sea, lo que no tiene cabida en ningún otro cajón
Es muy útil, y alegre, y para evitar taparla poniéndole, qué se yo, un par de chintófanos encima, la he llenado de flores y mariposas. Sé que nunca las aplastaría con nada, y hay que dejar que les de bien la luz para que vivan felices y contentas.
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